1/12/11

extremos

Bienvenido el silencio de una noche misteriosa y apacible
la suciedad en el suelo y el cielo sin nubes
el color de las rosas en la oscuridad
el augurio de un temblor y los sonidos vacios
la soledad en medio de multitudes
la carencia de afecto y el pesar de los parpados
las salidas sin planes, los vulgares amantes
la pasion sin fundamentos, el ardor sin peldaños
bienvenido el dolor de agenos placeres
y el caluroso sentir de un abrazo fingido
el sinismo usual y las palabras adornadas
las mentiras, las caretas y los gritos del alma
las vanas emociones que irradia el atardecer
y los positivos pensamientos irreales
las iluciones sin bases y las esperanzas imposibles
el canto de los insensibles y el susurro candente
el llanto de envidia y la codicia inocente
el sentido ingrato de un mejor porvenir

Las frases ya no calzan, el rumor de los ociosos
el hacer de los flojos y el monton de obligaciones cotidianas
las puertas cerradas y el viento que entra por las ventanas
los ideales vendidos y la rutina aceptada
las ruinas, los despojos, lo que quedo del mañana
todo ha cambiado, pero se mantiene el curso del circulo
los vicios y los organos mantienen su constante coqueteo
el reiterado romance entre lo vital y lo destructivo
todo termina uniendo extremos
todo termina entre lo malo y lo bueno
y el que diran, no importa, cuando descubres
que es bienvenido el calor mientras extrañas al hielo

2/8/11

el cigarro y el charco.

Un cigarro murió en un charco. La multitud apagó su fuego, tomaron su ultimo suspiro, y cuando no tenían nada que robar, desaparecieron. Dejando a Phillip Morris en el desierto, que alguna vez creyó valía la pena. Entonces comprendió, que lo que parecía una fuente de nuevas sensaciones no era más que una engañosa perspectiva.

12/4/11

musica

La vida sin música te abre los ojos, los sentimientos no llegan a su climax y las nubes no lloran de la misma forma, se pierde el soñar despierto, se rompe el filtro y el mundo resulta ser como es; muros de obligaciones que impiden alcanzar la plenitud, que está atravezando esas paredes: en las montañas de iluciones y en los tres frutos prohibidos. Con melodias por lo menos, los sueños logran anestesiar el golpe de lo real. La pena de saber que no hay nada tras los muros. Las hojas secas, los grises algodones, los brazos delgados de madera, los suelos mojados, nada de esto seria igual. No hay sensibilidad sin sonidos y la música es el ruido de los sentidos, como el trueno para el cielo o como el choque de las rocas en un rio. No es leon si no ha rugido.